Miles de estudiantes empezaron a movilizarse este jueves en varias ciudades de Brasil, en una nueva jornada de protestas contra el bloqueo de fondos para las universidades decidido por el gobierno de Jair Bolsonaro.
Aunque pocos apuestan por marchas tan masivas como las del 15 de mayo, cuando mas de 1,5 millones se manifestaron en unas 200 ciudades (según los organizadores), la movilización debe permanecer alta, en un clima de polarización social después de los actos del domingo pasado de los partidarios del gobierno de ultraderecha. «Estoy aquí por todos aquellos que son de la periferia y merecen tener el derecho a estudiar, de tener una educación pública de calidad», dijo Kaio Duarte, un estudiante de Servicio Social de 21 años, que participó por la mañana en la marcha en Brasilia, una de las primeras en arrancar. «Me preocupa que la próxima generación no tenga todos los derechos a la educación que yo tuve», agregó en la concentración que reúne a varios miles de estudiantes.
La movilización de hace dos semanas fue convocada contra los planes del ministro de Educación, Abraham Weintraub, de bloquear recursos, incluyendo el 30% del presupuesto no obligatorio de las universidades federales por la congelación de los gastos. Ya durante las marchas de hace dos semanas, convertidas en el primer movimiento social de envergadura enfrentado por Bolsonaro, los estudiantes anunciaron su intención de regresar a las calles. No cambió su opinión la decisión del gobierno de liberar algunos fondos para la educación. «Estuve en la Cámara de Diputados en una audiencia pública la última semana para tratar de argumentar con el ministro de Educación contra los cortes, pero él rechaza oírnos.Entonces tendrá que entenderlo a través de las calles», sostuvo la presidenta de la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), Marianna Dias, en un comunicado de la organización.