CARACAS.- La irrupción del ultraderechista Jair Bolsonaroal frente de Brasil ha sacudido el tablero estratégico de la región incluso antes de su triunfo en el ballottage de hoy.
Politólogos, analistas y expertos escudriñan a unos y otros para avizorar el impacto que supone este giro histórico en el gigante regional. Como Piero Trepiccione, vinculado al think tank de los jesuitas en Venezuela, que ya adelanta un nuevo eje político, conformado por Donald Trump y el presidente electo de Brasil, «con lo que se abrirían nuevos conflictos con China y Rusia«.
Un escenario que no solo ha cambiado ideológicamente en la última década, con el péndulo político pasando desde la izquierda y los populismos revolucionarios hacia la derecha y los neoliberales. «Los chinos ya han enseñado los dientes a los Estados Unidos más allá de lo comercial», continúa Trepiccione. «El mensaje a Washington es claro: ya no solo competimos por la economía; yo también puedo influir en tu área de dominio. China pasa ahora de la economía a la política», concluye.
«De entrada, Trump será el aliado de Bolsonaro en la región», apuesta el especialista en política internacional Mariano de Alba desde Washington. «La Argentina, Chile, Colombia y Paraguay serán cautelosos en un principio y conforme cómo vean que va su gobierno podrían conformar alianzas interesantes. La alianza política es potencialmente tóxica», añade para puntualizar que será Macri el más cauteloso «porque sabe que una asociación muy cercana le puede hacer daño en las elecciones del año que viene».
La partida sobre el tablero latinoamericano comenzaría con este enroque de Bolsonaro para acercarse a Trump, «algo que este va a aprovechar. Pero eso realmente no implica un cambio geopolítico, porque Brasil y Estados Unidos seguirán unidos o separados por cuestiones más permanentes», matiza el politólogo uruguayo Andrés Malamud.
«Bolsonaro es Bolsonaro, no es Trump, diferenciando del presidente estadounidense a nivel global y buscando su estilo propio. Eso sí, todo dependerá de quién lo rodee en su gabinete y de cómo venda su propia imagen», apuesta Michel Leví, coordinador de la Cátedra Brasil-Comunidad Andina de la Universidad Andina Simón Bolívar de Ecuador. «Sí, lo veo interactuando con Trump y Putin como líder global, con una política muy fuerte y como potencia emergente», concluye Leví.
Casi todos los expertos consultados coinciden en que la llegada de Bolsonaro al gobierno de Brasilia supone mayor presión contra el gobierno de Nicolás Maduro , «incluso el escenario militar ganaría terreno», secunda Trepiccione. «Nadie quiere hacer guerra con nadie», adelantó no obstante el capitán de la reserva y defensor de la dictadura militar.
«Hay dos formas de impacto: activa (vía política exterior) y pasiva (vía emulación). El cambio de política exterior, si lo hay, puede ser hacia el militarismo y/o hacia el libre comercio. La emulación ya se nota en el reverdecimiento de la xenofobia en la región», se lamenta Malamud. «Lo que va a predominar en las relaciones con Brasil va a ser lo económico «, atisba De Alba.
Para Caracas la de ayer fue una jornada muy negativa. Desde su Cancillería se apostó durante todo el año por la doble victoria de Andrés Manuel López Obrador en México y del elegido de Lula da Silva en Brasil, un optimismo pulverizado tras la primera vuelta. La polémica invitación realizada a Maduro para que asista a la toma de posesión de López Obrador así lo confirma.
La nueva coyuntura para el Grupo de Lima también viene cargada de retos con el cambio presidencial de uno de sus integrantes. «El eje Bolsonaro-Trump los va a empujar a posiciones más duras», apuesta Trepiccione, quien además otea el «fortalecimiento de las posiciones» de María Corina Machado en la oposición venezolana, radical y enemiga acérrima de cualquier diálogo. «A varios presidentes del Grupo, en cambio, les será inconveniente aparecer asociados a un discurso tan extremista», asegura Malamud.
Leví concluye que Bolsonaro no dudará en imitar al ecuatoriano Lenín Moreno, incluso rompiendo las relaciones diplomáticas con Caracas, «lo que sería grave para Venezuela en el aspecto económico».