El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abrió otro frente de guerra comercial, sumado al que tiene con China. Amenazó a México con imponerle aranceles incluso hasta del 25 por ciento si no frenan las caravanas de migrantes de Centroamérica que llegan a Estados Unidos. Además, China respondió este sábado con un aumento de los aranceles de productos estadounidenses por 60.000 millones de dólares, y expidió un listado de “empresas extranjeras no fiables” como respuesta a las medidas de Washington contra la gigante Huawei. Sin embargo, la propuesta de Trump, de imponer aranceles a productos mexicanos, probablemente provoque desafíos legales. Como el Congreso ha cedido su autoridad constitucional, por décadas, al presidente para imponer aranceles, y los tribunales generalmente dejan a la Casa Blanca las áreas de seguridad nacional. Trump se valió de la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional de 1977 como base para su amenaza. La ley le otorga a Trump la potestad de regular varias actividades económicas, incluyendo “cualquier transacción en moneda extranjera”, tras declarar una emergencia “para enfrentar cualquier amenaza inusual y extraordinaria que, en su totalidad o en una parte sustancial, tenga su origen fuera de EE. UU.” “La ley de poderes de emergencia ha sido utilizada para imponer sanciones a países como Irán y Sudán. Emplearla como una herramienta para reducir el flujo de migrantes podría estar fuera de la intención del Congreso, el cual consideró que debía usarse para responder a amenazas violentas”, dijo Raj Bhala, profesor de la facultad de Derecho de la Universidad de Kansas. Pero, para bloquear la medida en tribunales, los demandantes tendrían que demostrar que Trump actuó fuera de la letra de la ley y de los intereses de seguridad nacional, algo difícil de probar debido a la amplia autoridad que la ley da al poder ejecutivo. La Cámara de Comercio estadounidense, un influyente grupo de presión empresarial, dijo que considera opciones judiciales para oponerse al plan de aranceles. “Si se mantienen, las tarifas reducirían el crecimiento del PIB estadounidense al menos 0,7 (puntos porcentuales) en 2020 y probablemente empujarían a México a una recesión”, vaticinó Gregory Daco, de la especializada Oxford Economics. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se mostró confiado en que EE. UU. rectificará sus medidas arancelarias anunciadas. “México no merece un trato como el que se quiere aplicar”, señaló el mandatario desde el Palacio Nacional y reiteró que México no caerá en “ninguna provocación” ni se contestará “a la desesperada” ante esta decisión de Trump. El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, y el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, hablarán sobre los aranceles que EE. UU. amenaza con imponer a México el próximo miércoles en Washington. China responde
Por su parte, el alza de los aranceles chinos a la mayoría de importaciones estadounidenses, por 60.000 millones de dólares, entró en vigencia este sábado, en una respuesta esperada de Pekín a la escalada de la guerra comercial de EE. UU. Los aranceles, anunciados el 13 de mayo, aplican un 20 o un 25 por ciento adicional a los aranceles de más de la mitad de los 5.140 productos listado por China. Las autoridades chinas habían impuesto con anterioridad cargas adicionales del 5 o el 10 por ciento en los bienes listados.
No hay agendadas nuevas negociaciones entre autoridades chinas y estadounidenses desde que la última ronda concluyó sin avances el 10 de mayo, el mismo día que el presidente Trump anunció un alza de aranceles por valor de 200.000 millones de dólares a los bienes chinos y después dio pasos para gravar todas las importaciones chinas restantes.
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