El dirigente opositor venezolano Leopoldo López,refugiado en dependencias diplomáticas españolas desde hace dos días, desafió este jueves a Nicolás Maduro anunciando una quiebra del estamento militar y nuevos levantamientos de las fuerzas armadas. “Claro que van a venir más movimientos del sector militar. Nuestro llamado es a todos los militares, todos los civiles para que contribuyamos con nuestra responsabilidad a contribuir con el cese de la usurpación. Esta dictadura se va a acabar”, aseguró el político a los medios de comunicación escoltado por agentes de la Policía Nacional española, en la puerta de la residencia del embajador español, Jesús Silva. López decidió pronunciarse dos horas después de conocerse la orden de detención emitida por la justicia venezolana, que instó al Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) a capturarle y enviarle a la cárcel de Ramo Verde para terminar de cumplir una condena de 13 años. El político fue liberado la madrugada del pasado martes de su arresto domiciliario por un operativo liderado por Juan Guaidó, presidente del poder legislativo reconocido como mandatario legítimo por más de 50 países, con el respaldo de un grupo de uniformados. Horas después, ante el éxito incierto de este movimiento, optó por pedir protección en la Embajada de Chile, desde donde más tarde, alrededor de las siete, se trasladó a la misión española junto a su esposa, Lilian Tintori, y a su hija menor. El embajador Silva se reunió este jueves con el canciller venezolano, Jorge Arreaza, para analizar la situación. El Gobierno, que descarta la entrega de López y recuerda que sus sedes diplomáticas gozan de inmunidad e inviolabilidad, confía en que las relaciones bilaterales no se vean afectadas pese a los últimos acontecimientos. El relato de López no aclara todas las incógnitas de la jornada, que empezó cargada de expectativas de los simpatizantes opositores y terminó con enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas especiales de la policía bolivariana. “Durante más de tres semanas tuve reuniones en casa en mi condición de estar bajo arresto domiciliario, allí me reuní con comandantes, allí me reuní con generales, allí me reuní con representantes de los distintos componentes de las fuerzas armadas y de los distintos organismos policiales. Allí nos comprometimos a contribuir con el cese de la usurpación y yo le puedo decir que lo que comenzó es un proceso que es irreversible”, señaló el dirigente, quien agregó que no quiere volver a prisión aunque no le tenga miedo. Según su versión, lo que sucedió el martes fue solo el primer paso de una fase que ya está en marcha y que no tiene vuelta atrás, a pesar de que los resultados demostraron un error de cálculo de los tiempos y probablemente una excesiva confianza en la reacción de los militares. “Lo ocurrido el día martes es parte de un proceso, esa que se abrió se va a convertir en una grieta aún más grande y van terminar de romper el dique. Yo he pasado en los últimos cinco años compartiendo con militares y policías. El martes había mucha gente en conocimiento de lo que allí estaba planteado y siempre se planteó como un primer paso, nunca se planteó como el paso definitivo. Un primer paso que tuvo un impacto y lo va a tener”, continuó. El exalcalde de Chacao, uno de los municipios de Caracas, llevaba casi dos años en arresto domiciliario después de pasar más de tres en prisión. Símbolo de la oposición al chavismo y dirigente del mismo partido de Guaidó, Voluntad Popular, López cree que el 30 de abril los ciudadanos empezaron a perderle el miedo al régimen. Y aunque reconoce que “no ocurrió lo que se esperaba”, considera que no eso no debe alentar el desánimo. “A los venezolanos que hoy han perdido la esperanza yo les digo que eso es lo único que no podemos perder. Nosotros no vamos a parar. La comunidad internacional no nos va a dejar solos”, afirmó.]]>
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