Los lugares más peligrosos para adquirir una enfermedad infecciosa

Las autoridades sanitarias de Estados Unidos activaron todas las alarmas luego de que se comprobara que una persona con sarampión visitó la semana pasada Disneylandia, un parque de atracciones que recibe a 18 millones de visitantes al año.Según advirtieron, la presencia del portador del virus en ese parque expuso a cientos de personas sin vacunar contra esta enfermedad, altamente contagiosa y que este año ha registrado 1250 casos individuales en 31 estados, según recoge The New York Times. Hace cinco años había ocurrido algo similar en Disneylandia. Un grupo de niños que no había sido vacunado contra el sarampión adquirió este virus en el parque y el número de casos se extendió hasta 150, incluyendo siete estados, así como en México y Canadá. Y es que si bien los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) señalan que el virus del sarampión puede vivir en algunas superficies durante varias horas, lo cierto es que hay algunos lugares que son más peligrosos a la hora de transmitir enfermedades. Estos son los lugares que generan mayor riesgo. 1-Hospitales

Hospitales
Toda persona que ingresa a un hospital en calidad de paciente o visitante tiene un riesgo inherente de adquirir y desarrollar alguna infección en razón a que existen muchos factores asociados a procedimientos, falta de asepsia en áreas públicas y a la misma susceptibilidad personal que pueden favorecer la transmisión de gérmenes, entre ellos virus, hongos o bacterias. Estos pueden estar en el ambiente o pueden ser habitantes permanentes de los entornos hospitalarios. Se sabe, por ejemplo, que hay infecciones bacterianas nosocomiales (propias de los hospitales) producidas por microorganismos que llegan a ser resistentes a los tratamientos convencionales y que pueden afectar a visitantes y a enfermos. De ahí que la recomendación de la Asociación Colombiana de Infectología es restringir las visitas y el ingreso a los hospitales y prohibirlas casi por completo a personas en condiciones de vulnerabilidad como bajas defensas, con enfermedades crónicas, niños o personas mayores. 2-Cruceros

De acuerdo con los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos, no existe razón específica para que en condiciones normales de higiene y asepsia se presenten enfermedades infectocontagiosas en los cruceros. Sin embargo, son conocidos los brotes de gastroenteritis ocasionadas por virus el norovirus, que ha sido llamada la enfermedad de los cruceros y que en realidad es una patología de transmisión alimentaria que si bien no es exclusiva de estos lugares, puede diseminarse allí fácilmente dadas las condiciones propias de este medio.

Cruceros
Aunque estas enfermedades son poco frecuentes, llegan a comprometer a una población entera por falta de higiene y lavado de manos que pueden contaminar fácilmente sitios de uso común como pasamanos, manijas, puertas y utensilios de comida y alimentación. Otras amenazas pueden ser bacterias como la E. Coli y algunos virus respiratorios. Y por eso se recomienda siempre lavarse las manos y estar alerta ante cualquier situación.
3-Guarderías y colegios

Los niños que acuden a las guarderías tienen, según un estudio de la Academia Americana de Pediatría, mayor riesgo de padecer enfermedades en razón a que están más expuestos a virus y bacterias al convivir con otros menores. La Academia agrega que los menores que acuden a estos centros presentan más episodios infecciosos de patologías como la conjuntivitis, la gastroenteritis o el resfriado, enfermedades que son muy comunes y no suponen un riesgo para la salud de los pequeños. Esto se produce porque los niños se tocan la nariz, los ojos y la boca con las manos y transmiten los gérmenes a los compañeros a través, por ejemplo, de los juguetes.

Juguetes
Lo grave es que en caso de falencias en los procesos de vacunación individual o la presencia de patologías severas o déficits inmunológicos en algunos menores pueden agravar la propagación peligrosa de algunas enfermedades. Por eso, según afirma el pediatra Vladimir Muñoz, es importante que tanto los menores como el personal del centro tengan al día las vacunas que, junto con el lavado frecuente de las manos, han demostrado ser las medidas más eficaces a la hora de prevenir posibles contagios en estos lugares.
4-Transporte público

Gripas simples, influenza, alergias, dermatitis, conjuntivitis, parásitos como los piojos y hasta tuberculosis resistente a los antibióticos se pueden contraer en los sistemas de transporte público. Según el Instituto Nacional de Salud, los microorganismos y los gases tóxicos que circulan en los vehículos pueden concentrarse en el piso, en los asientos, en los pasamanos y en todos los elementos que entran en contacto directo con la gente. Estos riegos se incrementan en las temporadas frías y de lluvias, en razón a que las ventanas permanecen cerradas, disminuyen los mecanismos de ventilación y las personas son dadas a bañarse con menor frecuencia. Los más perjudicados son los niños y adultos mayores; de ahí que el lavado de manos antes y después de bajar de los vehículos, el uso de tapabocas y procurar abatir las ventanas son recomendaciones básicas.Transporte público

5- públicos

Aunque hay que aclarar que las bacterias y virus que se encuentran en los baños públicos son similares a las que circulan en otros lugares y su contagio tiene mecanismos parecidos, algunas pueden ser más habituales en estos sitios, ser trasmitidas a través de las heces y contraerse fácilmente si no existen rigurosas medias de higiene de los lugares y los usuarios. Por ejemplo, un estudio reciente demostró que en Estados Unidos, solo seis de cada diez personas se lavan las manos después de asistir al inodoro, por lo que bacterias como la E. Coli, Shigella, estreptococo, estafilococo y virus como el norovirus se pueden transmitir entre personas al entrar en contacto con elementos sobre los cuales pueden sobrevivir por varias horas después de que aquellos con aseo deficiente los han dejado allí. De hecho, una importante investigación que acaba de ser publicada ‘The Lancet Infectious Diseases’ encontró que es más probable que la superbacteria E. coli -resistente a los antibióticos- se propague por la mala higiene tras el uso del inodoro que por comidas como el pollo u otros alimentos, que hasta ahora eran considerados como las principales fuentes de transmisión.

Las recomendaciones son simples: aseo integral y permanente de los baños y el riguroso lavado de manos al entrar y salir del baño.

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