Trump tiene que ganar allí si quiere ser presidente de EE. UU. Latinos y afroamericanos, decisivos.La campaña presidencial ha llegado a la cancha de las panteras de Florida, y una pantera particularmente hambrienta acecha tras bastidores.
Delgada, de movimientos refinados, esta fiera de la política salta a la arena y se aproxima al atril presidencial con la seguridad de quien ha ganado los más encendidos debates de la última década en los Estados Unidos. Barack Obama se adueña del podio en medio del aplauso ensordecedor de los estudiantes de la Universidad Internacional de la Florida (FIU).
“Ustedes tienen la oportunidad de cambiar la historia y elegir a la primera presidenta del país”, dice por fin Obama en la arena de las panteras –como se conoce a los estudiantes de la FIU–, el escenario escogido para uno de los últimos eventos de la campaña presidencial. Los demócratas saben a la perfección que Florida es el lugar de batalla más importante de la actual carrera, y que la carismática figura del presidente Barack Obama es clave para sepultar las aspiraciones gubernamentales de Donald Trump.
Los afro, los latinos, los jóvenes y las mujeres son los grupos poblacionalesque concentran la atención de las campañas a pocos días antes del cierre de las urnas. Sin ellos es imposible ganar Florida, un estado dividido, sin una clara ventaja en las encuestas para Hillary Clinton o Donald Trump, y que históricamente ha sido el lugar donde se deciden las elecciones norteamericanas. Muchos recordarán la contienda del año 2.000, cuando se hizo necesario un conteo voto a voto para definir la primera presidencia de George W. Bush.
Esta elección general luce mucho menos apretada. Trump nunca ha logrado imponerse en las encuestas nacionales y tiene poco margen de error en los llamados ‘swing states’ (estados péndulo). Para vencer a Clinton, el rubio multimillonario tiene que asegurar su victoria en la mayoría de estos estados, en los que no hay un claro favoritismo hacia los demócratas o los republicanos.
Nevada, Ohio, Pensilvania, Colorado, Carolina del Norte y Florida son los estados principales, en los cuales es incierto el resultado. Y de estos estados, los últimos dos son particularmente importantes por el número de delegados que entrega al Colegio Electoral.
El presidente de los Estados Unidos es designado por este cuerpo democrático. Para llegar a la Casa Blanca hay que asegurar una mayoría de 270 delegados, y los estados más populosos entregan un mayor número de representantes. De ahí la importancia de Florida. Es el ‘swing state’ de mayor peso y el tercer estado de los EE. UU. que entrega más delegados: un total de 29.
Trump tiene que ganar la Florida si quiere ser jefe de Estado. No tiene otra alternativa. CNN dibujó seis escenarios hipotéticos, todos ellos bastante improbables, en los cuales Trump llegaría a la presidencia. Ninguno de estos escenarios sería posible sin una Florida pintada de rojo republicano.
Voto afrolatino
“Nos está yendo muy bien con la comunidad afroamericana”, comenta Donald Trump frente a sus seguidores, en el anfiteatro de la bahía de Miami. La audiencia estalla en gritos y aplausos, pero lo curioso es que entre la muchedumbre no se ve una sola persona de piel negra. “Nos está yendo maravillosamente en la comunidad hispana”, continúa el candidato republicano en medio de la ovación de quienes portan carteles en los que se lee la frase “hispanos por Trump”.
‘Mr. showman’ enfrenta una devastadora paradoja al final de la carrera presidencial. En las últimas jornadas, su campaña ha intentado recuperar el voto precisamente de aquellos a quienes ha dirigido sus más demoledores ataques. Y aunque su popularidad entre la comunidad afroamericana es prácticamente nula, los demócratas aún no pueden cantar victoria en Florida precisamente porque hay una gran parte de la comunidad latina que históricamente ha apoyado al partido republicano.
Dionisio de la Rosa nació en República Dominicana 19 años atrás, pero prácticamente toda su vida ha transcurrido en los Estados Unidos. Él es uno de los estudiantes de la FIU que llegó hasta la arena de las panteras para escuchar a Obama y reiterar su apoyo a la candidata Clinton. “La ideas que tiene Donald Trump de deportar once millones de personas… eso nunca a los latinos les gusta eso”, resume de la Rosa con su castellano enmarañado.
De acuerdo con la más reciente encuesta de Univisión, la favorabilidad de Clinton entre latinos de la Florida es dos veces mayor que la de su contrincante. Además, la imagen desfavorable de Trump escala al 67 por ciento. Si bien los republicanos siguen recibiendo un apoyo mayoritario de parte de los cubanos, la tendencia señala que esta supremacía partidista es cada vez menos evidente. Además, como le dijo a EL TIEMPO Frank Mora, director del Centro Kimberly Green para Latinoamérica y el Caribe, el cambio generacional es más favorable para los demócratas.
“Los latinos podrían jugar un papel determinante, por tercera vez consecutiva, en la entrega de la Casa Blanca a los demócratas”, subraya el portal ‘Politico’. Y con los números a su favor, el único obstáculo que se interpone entre la exsecretaria de Estado y su ascenso al ejecutivo parece ser la abstención.
Análisis y mediciones sobre el voto adelantado —en 37 de los 50 estados los electores pueden votar antes del 8 de noviembre— advierten que los afroamericanos no están acudiendo a las urnas como hace cuatro años, cuando Barack Obama estaba en la lista de elegibles.
Por eso la campaña demócrata ha arropado a la candidata Clinton con prominentes referentes afroamericanos, como el senador John Lewis, el representante Alcee Hastings y, por supuesto, la familia Obama. De hecho, la efervescencia que incita el presidente en la FIU solo puede compararse con el júbilo que despierta su esposa Michelle. Basta nombrar a la primera dama para que las panteras enloquezcan en su propia arena.
Cuando esta carrera presidencial termine, cuando la presidenta Clinton o el presidente Trump estén culminando su periodo de gobierno en Washington, quizá sea momento para preparar el ascenso presidencial de otra exprimera dama. Entonces Florida –un estado que para muchos podría convertirse en el nuevo bastión del partido Demócrata– será clave, una vez más y como siempre, en la ruta hacia la Casa Blanca.
Florida*